El poder de creer: Por qué la gente sigue a los líderes y no a los directivos

En todas las empresas, organizaciones o movimientos existe una gran diferencia entre quienes ocupan simplemente puestos de autoridad y quienes inspiran la acción. Mientras que los directivos son esenciales para mantener el orden, la estructura y los procesos, los verdaderos líderes van más allá: encienden la fe, inspiran la acción y crean movimientos. La diferencia radica en un poderoso concepto: la fe.


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Brandon Ivan Peña, empresario visionario y conferenciante reconocido en todo el mundo, ha construido un próspero imperio cafetero con más de 30 locales. Su filosofía de liderazgo, basada en la creencia y el propósito, no sólo ha convertido 787 Coffee en una marca galardonada, sino que también ha inspirado a innumerables empresarios de todo el mundo. Brandon cree que el éxito no consiste sólo en lo que haces, sino en por qué lo haces. Esta creencia le ha llevado a hablar en escenarios de todo el mundo, compartiendo ideas que motivan a los líderes a convertir su visión en realidad. Para Brandon, creer no es sólo importante: es la base para crear impacto, unir comunidades y construir un legado que perdure.


El poder de creer en el liderazgo ilustración de brandon ivan pena

La esencia del liderazgo: Empezar por creer

Los líderes no se basan en jerarquías, títulos o procedimientos para motivar a la gente. En su lugar, parten de una creencia profunda e inquebrantable en una causa, una visión o un propósito. Comunican esta creencia de un modo que resuena en los demás, permitiéndoles no sólo entender la visión, sino también hacerla suya.

El Dr. Martin Luther King Jr. es uno de los ejemplos más poderosos de este principio. No lideró el Movimiento por los Derechos Civiles con políticas o planes estratégicos. En su lugar, lideró con convicción. Su mensaje no trataba sólo de leyes o sistemas, sino de justicia, igualdad y la visión de una América mejor. La gente no seguía al Dr. King por él, sino porque sus creencias coincidían con sus propias aspiraciones y valores.

Es famosa su frase: " Tengo un sueño", no "Tengo un plan". Esta frase resume la diferencia entre un directivo y un líder. Los directivos pueden centrarse en el proceso paso a paso, pero los líderes articulan un por qué convincente , unsueño que inspira a la gente a actuar.



La limitación de la gestión en solitario

Los directivos tienen un valor incalculable a la hora de implantar sistemas, organizar equipos y garantizar que las tareas se lleven a cabo. Pero cuando se gestiona a las personas sin inspiración, sus esfuerzos se vuelven transaccionales. Harán el trabajo a cambio de un sueldo, un título o reconocimiento, pero rara vez pondrán toda su pasión, creatividad o lealtad.

Imagine un equipo que trabaja para un directivo que se limita a asignar tareas y medir los progresos. Ahora, compárelo con un equipo inspirado por un líder que comparte una visión de por qué su trabajo es importante, cómo contribuye a un propósito mayor y lo que podría significar para el mundo. En este último caso prosperan la innovación, el compromiso y la resiliencia.

Esta diferencia es fundamental para propietarios de empresas, empresarios y líderes de todo tipo. Para motivar de verdad a su equipo, sus clientes y su comunidad, debe hacer algo más que gestionar procesos: debe liderar con un propósito.



Reunir a la gente en torno a un objetivo común

El movimiento del Dr. King triunfó porque su creencia no era sólo suya. La transmitió con tanta eficacia que millones de personas hicieron suya su causa. Recorrieron kilómetros, soportaron un calor abrasador y arriesgaron sus vidas, no por él, sino por la visión compartida de justicia e igualdad.

El mismo principio se aplica a las empresas y organizaciones. La gente se siente atraída por las marcas y los líderes que representan algo más grande que los beneficios. Por ejemplo, Apple. La gente no compra productos de Apple porque sean ordenadores o teléfonos, los compra porque Apple transmite una creencia: "Creemos en desafiar el statu quo. Creemos en pensar de forma diferente". Esta creencia cala hondo y crea un público fiel que trasciende a los propios productos.



Cómo liderar con convicción

Si quieres inspirar y liderar, empieza por definir tu porqué. ¿Por qué existe su empresa? ¿Por qué te levantas de la cama cada mañana para hacer lo que haces? Tu razón de ser es lo que atraerá a personas afines a ti, ya sean empleados, clientes o socios.

He aquí algunas medidas prácticas:

  1. Defina su propósito: ¿Cuál es su creencia o visión? Hágalo claro y convincente.

  2. Comunique de dentro a fuera: Empieza con tu porqué, luego explica cómo le das vida y, por último, qué ofreces.

  3. Inspira a través de la acción: Vive tus creencias cada día. La autenticidad es la clave para generar confianza y lealtad.

  4. Capacite a los demás: Comparta su visión de forma que los demás puedan hacerla suya. Los grandes líderes crean líderes, no seguidores.


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El legado de los líderes que creen

El liderazgo basado en la fe es transformador. Inspira la acción, fomenta la lealtad y crea el cambio. Tanto si dirige un equipo como si crea una empresa o reúne a una comunidad, el poder de la fe es su mayor activo. La gente no le seguirá por lo que hace, sino por la razón por la que lo hace.

Así pues, la pregunta para todo aspirante a líder es la siguiente: ¿En qué crees? ¿Y cómo inspirarás a los demás para que también lo crean?

Si te centras en las convicciones, no sólo liderarás, sino que crearás un legado que perdurará.


Uno de los ejemplos más profundos de un líder que utilizó las creencias para inspirar la acción es el Dr. Martin Luther King Jr. En el apogeo del Movimiento por los Derechos Civiles, el Dr. King no lideró con estrategias o políticas; lideró con una creencia inquebrantable en la justicia y la igualdad. Su famoso discurso "Tengo un sueño" no era un plan detallado de reforma legislativa, sino una llamada a la acción basada en la visión de un futuro mejor.

El Dr. King creía que todos los hombres y mujeres, independientemente de su raza, merecían los mismos derechos y libertades. Transmitió esta creencia con tanta fuerza que se convirtió en un propósito compartido por millones de personas. La gente no marchaba, protestaba y arriesgaba su vida por el Dr. King, lo hacía porque creía en lo que él defendía. Su capacidad para articular una visión que resonaba en los corazones y las mentes de los demás unió a las comunidades, creó un cambio duradero e inspiró al mundo.

Este es el poder de liderar con convicción: transforma a los seguidores en defensores, convirtiendo un movimiento en un legado.

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